1. Introducción
Si se consulta el diccionario de la Real Academia Española, se encuentran acepciones de la palabra "lucha", como pelea en que dos personas se abrazan con el intento de derribar una a otra, o combate, contienda, disputa; también aparece como oposición, rivalidad y hostilidad entre contrarios que tratan de imponerse el uno al otro.
Así, las actividades de lucha pueden definirse como aquellos actos motrices que han perdido el componente específico propio de la técnica de los deportes de lucha, conservando su potencial educativo. Hay que distinguirlas de los deportes de lucha; éstos están reglamentados, suelen tener un límite de tiempo, existen unas reglas estrictas y el blanco es generalmente el cuerpo del adversario.
La lucha, desde siempre, estuvo presente en la vida humana, encontrándose representaciones de la misma en todas las culturas y civilizaciones hasta el momento. Supone una creación de la sabiduría popular en el transcurso de miles de años.
2. Justificación
Las actividades de lucha son susceptibles de ser aplicadas en el ámbito escolar, debido a la gran cantidad de ventajas que presentan. Algunas de ellas son:
· Se desarrolla el sentido del tacto, ya que es necesaria gran implicación por parte del mismo.
· Se descarga y se controla la agresividad, haciendo esto extensible a otras actividades deportivas y situaciones de la vida cotidiana.
· Se aumenta la responsabilidad, ya que se "obliga" al alumno/a a garantizar la integridad física de los demás compañeros/as.
· Se desarrollan las habilidades motrices básicas, especialmente los desplazamientos y los giros.
· Se incrementa la condición física de forma muy globalizada: fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad.
· Se valora continuamente el riesgo que supone la acción a realizar, tanto para uno mismo como para el adversario/a.
· Se gana en seguridad, ya que los alumnos/as se familiarizan con las caídas y el contacto físico.
· Se produce un efecto de catarsis, porque se favorece la liberación de la carga de represión que acumulan los niños/as.
· Se establecen modificaciones casi instantáneas en función de las actuaciones del compañero/a (en caso de que lo haya) y adversario/a.
· Se necesitan constantes esquemas de percepción, decisión y ejecución para responder continuamente a la incertidumbre creada.
· Se logra la educación integral del individuo y el desarrollo armónico de la personalidad, enfocando adecuadamente estas actividades.
· Se libera el estrés.
· Se favorece la integración de todos los alumnos/as, ya que incluso aquellos que debido a sus características morfológicas y fisiológicas puedan ser "discriminados" en otras actividades (por ejemplo los niños/as con sobrepeso), en este caso tendrán un rol importante en el grupo.
· Se aumenta el grado de motivación, ya que al partir de acciones naturales y espontáneas, los practicantes tendrán una especial implicación.
· Se pueden desarrollar gran parte de los objetivos y trabajar casi todos los contenidos que van a ser importantes en el currículo de Educación Primaria, incrementando así capacidades diversas: psicomotrices, cognitivo-lingüísticas, afectivas, de relación interpersonal, de actuación e inserción social…
· Se aprenden a aceptar las normas del grupo y a respetar al resto de compañeros/as.
Pese a ofrecer esta cantidad de ventajas y posibilidades educativas, las actividades de lucha suelen convertirse en un potencial poco explotado en la escuela, especialmente en la etapa de Educación Primaria. Por lo tanto, tendremos que hacernos la siguiente pregunta: ¿cuáles son las causas para que estas actividades de lucha no se utilicen en las sesiones de Educación Física? Ello ocurre principalmente por: · El desconocimiento de muchas de las características de la actividad, así como de las posibilidades y beneficios que aporta.
· La idea de que el riesgo que corre el alumnado es muy grande. Se cree que la "agresividad" que pueden tener los alumnos/as se convertirá en algo incontrolado durante la realización de la actividad.
· La ausencia de actividades de lucha organizadas en los programas de Educación Física e iniciación deportiva.
· La creencia de que se necesitan materiales, instalaciones y conocimientos especializados para este tipo de actividades.
3. Clasificación de las actividades de lucha
Existen múltiples clasificaciones de este tipo de actividades, en función de los autores/as consultados, si bien quizás una de las más sencillas y coherentes es la siguiente:
· Deportes de lucha de "cuerpo a cuerpo" : La finalidad generalmente es derribar al adversario/a y los luchadores/as parten de un agarre determinado. Se desequilibra, derriba, fija, controla o excluye del espacio. La distancia de guardia de los participantes es casi nula (menos de 1 metro ). Por ejemplo la lucha canaria, el judo o el sumo.
· Deportes de lucha de "golpear o marcar": La finalidad es tocar en alguna parte del cuerpo del adversario/a o golpearlo. La distancia de guardia de los participantes es reducida (de 1 a 3 metros ). Por ejemplo el taekwondo, el boxeo, el full-contact…
Articulo realizado por: Rubén José Annicchiarico Ramos, para http://www.efdeportes.com/· Deportes de lucha con implemento: Se quiere golpear, derribar o controlar al adversario/a mediante la utilización de un implemento, independientemente de que también se pueda golpear con los brazos o piernas. La distancia de guardia de los participantes es media (de 3 a 5 metros ). Por ejemplo la esgrima o el kendo.
Las tareas que se proponen para aplicar en las sesiones de Educación Física, dentro de la Educación Primaria, se agrupan en los siguientes bloques: · Tirar, empujar o excluir del territorio: Estas acciones están implicadas en casi todos los gestos que se generan en deportes de combate de agarrar (por ejemplo el judo). Al no tener implícita la caída, se pueden trabajar en superficies duras, ofreciendo situaciones de lucha sin necesidad de material o equipamientos especiales.
· Volcar, fijar o inmovilizar: Inmovilizar es bloquear los movimientos. Así, estas acciones se desarrollan preferentemente en el suelo, obteniendo una ventaja sobre el adversario/a al mantener una determinada parte de su cuerpo en contacto con la superficie. Volcar, por su parte, supone invertir la posición del adversario, desarrollándose igualmente en el suelo.
· Derribar o desequilibrar: El objetivo es provocar la caída del adversario, estando éste generalmente de pie. Posiblemente los derribos sean las acciones de lucha que más responsabilizan al alumno/a de la integridad física de su compañero/a. Así, se debe insistir en este aspecto, al igual que en realizar estas actividades con parejas de peso y fuerza similares.
· Tocar: Tocar al adversario/a con los miembros superiores y/o inferiores en el lugar deseado y sin que esta acción se transforme en un golpe, supone unos cálculos perceptivo-motrices (corporales, espaciales y temporales) extremadamente rápidos y precisos. Los juegos y ejercicios indicados en este apartado hacen referencia a tocar al adversario/a, y en ningún momento la finalidad es golpear. Por lo tanto, es importante tocar el punto del oponente que se indique con la mano plana, para evitar hacer daño, o con el pie descalzo.
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