La pasada semana en la clase del lunes estuvimos hablando de algunos gurús, comentando que no debíamos confudir al grandísimo maestro y músicoRavi Shankar, con otro de igual normbre, creador de la fundación El Arte de Vivir, y sobre el que personalmente, tengo serias dudas, de que sea un gurú honorable, como se hace venerar, de hecho son muchas las sombras que hacen dudar de su calidad humana y espiritual.
El caso es que justamente el pasado martes 11
de diciembre en San Diego (California) decidió abandonarnos Ravi Shankar, quien disfrutó de una vida plena. Sus 92 años
fueron lo bastante intensos para justificar dos autobiografías (My music, my
life y Raga mala), donde explicaba cómo amplió los límites
de la tradición musical que encarnaba, aplicando sus poderes al cine, el teatro
y el ballet, aparte de abrirse a experimentos internacionalistas.
"Aunque la operación fue exitosa, la
recuperación resultó demasiado difícil para el músico", han informado en
un comunicado conjunto la fundación que lleva su nombre y su sello discográfico East Meets West Music. El artista tenía su
domicilio en el sur de California aunque mantenía también residencias en India.
El primer ministro indio,Manmohan Singh, ha expresado su tristeza y
ha dicho que con su muerte se pierde "un tesoro nacional y un embajador
global de la herencia cultural de India".
Ningún otro músico clásico tuvo tanta influencia en
la evolución del pop. Es posible que Segovia despertara idéntica veneración
entre los guitarristas de los sesenta pero don Andrés no se mezcló con los
melenudos. Ravi lo hizo, aún a sabiendas del riesgo de trivialización. Se
recuerda su humor punzante en el Madison Square Garden neoyorquino, en agosto
de 1971. Se celebraba el benéfico Concert for Bangladesh, que partía de una
idea suya. Iba a tocar un jugalbandi, un dueto con el prodigioso
Ali Akbar Khan y su sarod. Según la costumbre, afinaron sobre el escenario. Les
respondió un aplauso general. Ravi advirtió al público: "Si apreciáis
tanto la afinación, espero que disfrutéis aún más con la música".
Ravi conservaba prejuicios de su casta y deploraba el
uso de drogas y la promiscuidad de los 'hippies'
No funcionaba como gurú contracultural. De hecho,
Ravi conservaba prejuicios de su casta y deploraba el uso de drogas y la
promiscuidad de los hippies. Aunque él mismo se benefició de la
tolerancia ambiental de los setenta, como se supo al triunfar Norah Jones y
revelarse que era hija de Shankar y de una promotora estadounidense.
En realidad, Ravi tenía todas las credenciales para
ejercer de embajador cultural. En los años treinta había recorrido Europa como
parte del grupo de baile de su hermano Uday. Cumplidos los 18 años, se sumergió
en el estudio del complejo sitar. Se benefició del resurgimiento cultural que
siguió a la independencia, funcionando como director musical de All India Radio
y confeccionando banda sonoras para películas de Satyajit Ray.
Como Ray, formaba parte del arte indio exportable.
Participaba en giras patrocinadas por el Gobierno de Nueva Delhi. A mediados de
los sesenta, actuaba en Madrid bajo los auspicios de la Embajada (ante un
público tan escaso como entusiasta). Para entonces, ya había conocido al músico
pop que le convertiría en un icono global similar a Ghandi o Tagore.
El publicista fue George Harrison, el más
insatisfecho de The Beatles. Puede que siguiera la pista de
los californianos Byrds pero Harrison tuvo un acceso privilegiado al maestro:
en compañía de Ali Abkar, ofreció un concierto privado para John Lennon, Ringo
Starr y el propio George. En 1966, Shankar le dio clases, advirtiéndole que no
eran más que rudimentos, que el verdadero dominio del sitar requería años de
estudio. El discípulo no estaba tan comprometido pero sí aceptó los consejos de
Ravi para internarse en las creencias hinduístas.
'Raga-rock'
El poder de irradiación de The Beatles hizo el
resto: se materializó incluso un híbrido llamado raga rock. Shankar
se horrorizó igualmente ante un invento como la guitarra-sitar, que imitaba la
tímbrica de su instrumento. Pero también entendía que el modo de vida
occidental estaba reñido con el desarrollo de sus largas ragas. Él
mismo había grabado placas de pizarra y había interiorizado la posibilidad de
recortar su arte en concentrados de tres minutos.
No menor fue su ascendiente sobre la vanguardia del
jazz, entonces interesada por las religiones orientales. En 1965, John Coltrane
bautizaría Ravi a su hijo, hoy también saxofonista. Fascinó igualmente a muchos
minimalistas; con Philip Glass grabaría Pasajes, en 1990. Siempre
estaba abierto a colaboraciones insólitas, como Inside the Kremlin (1988),
con una orquesta y un coro rusos.
Consciente de su situación de intermediario entre
dos mundos, Shankar manifestaba un aliento didáctico frente a cualquier
micrófono. Aclaraba la estructura de las ragas, diferenciaba entre
la escuela indostánica del Norte (la suya) y la del Sur de India, puntualizaba
su preferencia personal por el toque gayaki (cantarín). Su
filosofía subyacente se resumía en la metáfora de "la casa con cuatro
habitaciones": la música debía satisfacer las necesidades emocionales,
espirituales, mentales y físicas de todos los implicados en el proceso.
Harrison se mantuvo como principal difusor de las
virtudes de Shankar pero el sitarista se sentía más cómodo al lado de colegas
de formación clásica. Con el violinista Yehudi Menuhin realizó los populares
elepésWest meets East (1966-7). André Previn dirigió a la sinfónica
de Londres en su Concerto for sitar and orchestra (1970), el
primero de varios. Jean-Pierre Rampal, Bud Shank o Zubin Mehta también se
beneficiaron de su apasionado discurso instrumental.
Aunque
sufría problemas cardiacos desde los años setenta, apenas disminuyó su carga de
trabajo. Recibió una oleada de honores y premios, sin renunciar a los
conciertos o las labores de la Ravi Shankar Foundation. Guió los pasos de su
hija menor, Anoushka Shankar, una sitarista igualmente atraída por el diálogo
intercultural. Ella también realizó un cariñoso retrato de Ravi en el libro Bapi:
love of my life.
En su web podemos buscar más cosas de este gran maestro
Igualmente en este enlace de la Wikipedia
A través de estos videos nos podemos acercar un
poco a este gran Homgre maestro y disfrutar de su maestría y calidad humana.
DESCANSE EN PAZ
DESCANSE EN PAZ
1971 Bangla Dhun (Live in New York City 1971) - Ravi Shankar And Ustad Ali Akbar Khan
Una de sus últimos conciertos el 4 Noviembre de 2012
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